Queridos y amados hermanos en Cristo el Señor:
Ya pasada la euforia y aquietando las pasiones, esperando la quietud de nuestro espíritu, nos disponemos a pensar en este año que se avecina.
Primeramente a nuestros <Presidentes Manfred y Angélica, a cada uno de los integrantes de nuestro Secretariado Diocesano, Vocalías todas, a cada uno de los Centros y a quienes los integran, a nuestros Asesores, un FELIZ AÑO, y que el Señor nos de la dicha de participar de estos 50 años que se avecinan.
Ya pasada la euforia y aquietando las pasiones, esperando la quietud de nuestro espíritu, nos disponemos a pensar en este año que se avecina.
Primeramente a nuestros <Presidentes Manfred y Angélica, a cada uno de los integrantes de nuestro Secretariado Diocesano, Vocalías todas, a cada uno de los Centros y a quienes los integran, a nuestros Asesores, un FELIZ AÑO, y que el Señor nos de la dicha de participar de estos 50 años que se avecinan.
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