lunes, 16 de octubre de 2006

Canonizaciones

Los Santos: personas que dejan todo para seguir a Cristo, señaló el Papa Benedicto XVI Ciudad del Vaticano, 15 oct 2006 (vis).-Durante la celebración eucarística de esta mañana en la Plaza de San Pedro, en la que participaron 30.000 personas, el Papa canonizó a los beatos Rafael Guízar Valencia (1878-1938), obispo; Filippo Smaldone (1848-1923), presbítero; Rosa Venerini (1656-1728), virgen y Théodore Guérin (Anne-Thérèse) (1798-1856), virgen.Comentando al inicio de la homilía el Evangelio del joven rico, el Santo Padre afirmó que "el santo es precisamente ese hombre, esa mujer que, respondiendo con alegría y generosidad a la llamada de Cristo, lo deja todo para seguirle"."Las riquezas terrenas -dijo- ocupan y preocupan la mente y el corazón. Jesús no dice que son malas, sino que nos alejan de Dios si no se "invierten", por así decir, en el Reino de los cielos, si no se gastan para ayudar a quien vive en la pobreza".Refiriéndose posteriormente a cada uno de los nuevos santos, Benedicto XVI señaló que el santo mexicano Rafael Guízar, fue "el obispo de los pobres". En su ministerio sacerdotal y después episcopal -en la diócesis de Veracruz-, fue un incansable predicador de misiones populares, el modo más adecuado entonces para evangelizar a las gentes, usando su "Catecismo de la doctrina cristiana". Siendo una de sus prioridades la formación de los sacerdotes, reconstruyó el seminario, que consideraba "la pupila de sus ojos"."Que el ejemplo de San Rafael Guízar y Valencia sea un llamado para los hermanos obispos y sacerdotes a considerar como fundamental en los programas pastorales, además del espíritu de pobreza y de la evangelización, el fomento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y su formación según el corazón de Cristo".San Filippo Smaldone, italiano, fundador de la Congregación de las Religiosas Salesianas de los Sagrados Corazones, fue, dijo el Papa, "un sacerdote de gran corazón, alimentado por la oración constante y la adoración eucarística. Ante todo fue un testigo y siervo de la caridad, que manifestaba de manera eminente en el servicio a los pobres, en particular a los sordomudos, a quienes se entregó totalmente"."En los sordomudos -continuó-, el santo veía reflejada la imagen de Jesús y solía repetir que, así como nos postramos ante el santísimo Sacramento, así habría que arrodillarse ante un sordomudo".De la santa italiana Rosa Venerini, fundadora de la Congregación de las Maestras Pías Venerini, Benedicto XVI puso de relieve que "no se contentaba con ofrecer a las muchachas una buena educación, sino que se preocupaba por asegurarles una formación completa, con referencias firmes en la doctrina de la Iglesia. Su mismo estilo apostólico sigue caracterizando todavía hoy a la vida" de la Congregación que fundó. ¡Qué actual e importante -exclamó- es también para la sociedad actual el servicio que desempeñan en el campo de la educación y especialmente de la formación de la mujer!".Refiriéndose a la santa francesa Theodore Guérin, que fundó en Estados Unidos la Congregación de las Religiosas de la Providencia de Santa María "ad Nemus" (Saint Mary-of-the Woods), el Papa recordó una expresión de la nueva santa poco antes de morir, al ver los numerosos orfanatos y escuelas que estas religiosas habían abierto en el Estado norteamericano de Indiana: "¡Cuánto bien han hecho las Hermanas de Saint Mary-of-the-Woods! ¡Cuánto más serán capaces de hacer si son fieles a su santa vocación!"."La Madre Guérin es una hermosa figura espiritual y un modelo de vida cristiana. Estuvo siempre disponible para las misiones que la Iglesia le pidió y hallaba la fuerza y la audacia para realizarlas en la Eucaristía, en la oración y en una confianza infinita en la divina providencia. Su fuerza interior la impulsaba a una atención particular por los pobres y muy especialmente por los niños".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias, María José, por tu entusiasmo por enseñárnos cosas.