El encuentro se llevó a cabo en el gimnasio olímpico de la
Universidad de la Frontera de Temuco y, a nivel nacional, fue fundamental
acudir a la Ultreya, considerando que fue en Temuco, en 1963, que se hizo por
primera un cursillo en Chile, gracias a unos cursillistas que llegaron de Arequipa,
Perú, y que enseñaron el método del movimiento que está enfocado a provocar un
encuentro efectivo de la persona con el mensaje de Jesucristo.
La delegación valdiviana fue encabezada por sus presidentes,
el matrimonio de Eduardo Acuña y Elisa Flández, que antes participaron en la
Asamblea Nacional de dirigentes en Panguipulli junto a otros dirigentes laicos.
La Ultreya fue de carácter jubiloso, con mucha
música y actividad, pero también hubo momentos de reflexión, destacando la misa
que presidió Monseñor Héctor Vargas, obispo de la Diócesis de San José de
Temuco. En dicha misa hubo algunos cursillistas valdivianos que cantaron dentro
de un gran coro integrado por cursillistas de todo Chile... ¡Bien Luis, Inés y Anita!
También se entregaron regalos para miembros que vivieron los
primeros cursillos de 1963 en Temuco y que siguen perseverando en el
movimiento. Ellos entregaron un bello mensaje sobre los inicios de la obra en
Chile y recordaron a compañeros y sacerdotes fallecidos con los que
compartieron, entre ellas a nuestro recordado padre Dirk.
También se vivió la experiencia denominada “paseo de Emaús” donde cada cursillista caminó dentro del recinto y se dio el tiempo para
hablar con gente de otras ciudades o intercambiarse regalos.
Cada movimiento realizó una actuación ante el resto de los
grupos en el momento conocido como “La fiesta de colores” y a Valdivia le
correspondió cerrar la Ultreya, cantando dos temas inéditos, una cueca y el
tema “En Cristo”, creado por Francisco Gallegos, y que fue coreado y aplaudido
por los cursillistas de las otras ciudades. Toda la delegación participó en la presentación artística, unos bailando y otros cantando, demostrando que cuando se trabaja unido se pueden hacer cosas bellas para el Señor. ¡¡¡Ultreya y más alla!!!
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